Mi vida es completamente deprimente, quiero salir de aquí, pero no puedo. Vivir en un sitio así es tan aburrido ¿pero qué voy a hacer, escapar? Sería abandonar a mi familia y no puedo hacerles eso… Creo que nací para vivir así, dándoles comida y abrigo a las únicas personas a las que quiero.
Hoy, se suponía que nada iba a cambiar mi decisión.
Me levante, me puse una camisa vieja, mi cazadora y unos vaqueros rotos y salí de casa a evadirme un rato, no hay nada mejor que hacer, me han despedido.
Bajé mi calle y llegue a la plaza del pueblo, acababa de amanecer pero apenas había sol, las calles estaban más desiertas que de costumbre. Iba andando y al otro lado de la plaza vi a una chica durmiendo en un banco, con su cabeza sobre una mochila gigante y tapada con una manta gris. Estaba tan tranquila, no sé que hacía aquí, nunca antes la había visto pero con el frio que hacía dormía como un tronco.
Entré a la cafetería de la plaza.
- Dani, ponme un café por favor.
- Ahora mismo. –Conocía a Dani desde que éramos unos enanos, y todas las mañanas iba allí a tomarme un café.
- Mejor que sean dos.
- ¿Dos?
- Sí, hay una chica allí durmiendo… se lo voy a llevar, tiene que estar congelada.
- Ah sí, la he visto antes de entrar. –Dijo mientras me daba los cafés.
- ¿Los puedo sacar fuera no?
- Si, por supuesto, tráemelos después.
Para cuando salí de la cafetería el sol ya iba ganando a la oscuridad y la chica del banco se estaba despertando.
- Buenos días. –Le dije cuando abrió por completo los ojos.
- Buenos días. –Me contestó confusa. -¿Quién eres?
- Nadie, pero bueno, me llaman Fran. ¿Tú?
- Emm, Almudena, mi nombre es Almudena. -Dijo mientras se colocaba sus gafas, dios a nadie le han quedado mejor unas gafas en la historia. Estaba blanca del frio pero era preciosa. Tenía el pelo largo y castaño y la cara más dulce que uno pueda imaginar.
- Toma un café, debes de estar helada.
- Oh, muchas gracias Fran. –Me contesto mientras sonreía.
- ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?
- No lo sé, salí de casa ayer tan solo por escapar, por perderme.
- Ojalá pudiese hacer eso. ¿Piensas quedarte?
- No, creo que volveré a casa, se preocuparan y eso…
- ¿Puedo llevarte? Lo siento pero es que no tengo nada que hacer hoy, así me distraigo…

me encantan tus historias y tus fotos son preciosas e inspiran a escribir y fotografiar cosas que parecen minimas
ResponderEliminarQue bonito blog, me gusto mucho como lo tienes ;)
ResponderEliminarsiquieres puedes pasarte por el mio, y si te gusta seguirme. un besin
http://sweethough.blogspot.com/