sábado, 10 de julio de 2010

Algo más que amor.

Me cogió de la mano y fuimos a su casa. Me encerré en el baño en cuanto llegué y tras media hora jugueteando nerviosa con el test en mis manos decidí hacerlo.
Cinco minutos tenía que esperar, mientras tanto me comí hasta la última de mis uñas.
Ya habían pasado esos cinco largos minutos así que cogí el test con cuidado, con los ojos cerrados y tras un instante de nerviosismo, miedo, sudor, lágrimas decidí abrirlos y mirarlo.
Negativo.
Suspiré con todas mis fuerzas, de tal manera que Migue lo oyó, bueno normal… estaba pegado a la puerta.
-¿Mar? –dijo aporreando la puerta –ya han pasado más de cinco minutos ¡¿Mar?!
Pero yo no quería contestarle. Me senté en el váter y comencé a llorar. No sé por que lo hacía, yo no quería un hijo, ni mucho menos ¿Cómo podía llorar por algo que nunca tuve, por algo que nunca deseé?
-¡Maaaaar! Joder, ábreme o tiro la puerta –gritó.
Entonces abrí la puerta, fue directo al test, me miró, me quito las lágrimas con sus dedos y me besó.
Fue un beso de amistad, ya no era solo pasión. Era algo más que amor. Aquella noche la pasé con él. No podía estar sola, tan solo dormimos abrazados, aliviados de que nada hubiese sido lo que pensábamos pero creo que al fin y al cabo, si hubiese estado embarazada no sería tan malo, siempre lo tendría a él.

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